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Ciudad del Vaticano: Museos Vaticanos

lunes, 1 de abril de 2013

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Museos Vaticanos
Museos Vaticanos

En los Museos Vaticanos, cuya competencia y estructura ya se ha explicado, es posible ver pinturas, esculturas y otras obras fruto del ingenio humano, recogidas por los Sumos Pontífices a lo largo de los siglos. Los Museos comprenden además notables monumentos artísticos como la Capilla Sixtina, la Capilla del Beato Angélico, las Estancias y Logia de Rafael y el apartamento Borgia. La Pinacoteca ocupa un edificio construido en 1932, según proyecto del arquitecto Beltrami, junto al Palacio de los Museos, a la que se accede por un elegante pórtico (entrada de las cuatro verjas).
En otro edificio moderno, que también forma parte de los Museos, se encuentran objetos arqueológicos de arte y de tipo etnológico recogidos en los Museos Cristiano, Profano y Misionero-Etnológico, y que anteriormente se hallaban en el Palacio Lateranense.
En 1973, se agregó a los Museos la Colección de Arte religioso moderno. En el Museo Histórico, cuya sede se halla en el Palacio de Letrán, se conservan, entre otros, trofeos de los distintos Cuerpos Militares Pontificios.
Los Museos se abren al público normalmente los días laborables, por las mañanas; en el verano, la apertura se prolonga hasta las primeras horas de la tarde. El último domingo del mes, por la mañana, la visita es gratuita.
Se entra a los Museos por el Viale Vaticano, cerca de la Plaza del Risorgimento.
Como ya se ha indicado, los Museos disponen de un Taller de restauración de pinturas, bronces, mármoles, tapices y otros materiales en ellos conservados; cuenta también con un Gabinete de investigaciones científicas.


Museo Pío - Clementino

Museo Pío - Clementino
Este museo fue creado gracias a los papas Clemente XIV (1769-1774) y Pío VI (1775 -1799) con el fin de reunir las obras maestras griegas más importantes conservadas en el Vaticano.
Dejando atrás el vestíbulo cuadrado y la salita con una espléndida copa marmórea, se entra en el Gabinete del Apoxyomenos, sala que toma su nombre de una copia romana de original griego en bronce, obra de Lisipo (hacia 320 a.C.): representa la figura de un atleta que se limpia con el “strigile”, especie de rasero, usado en la antigüedad para la higiene personal después de las competiciones. La figura mira hacia la lejanía, su cuerpo expresa el momento de relax que sigue a la victoria.
Desde la sala sucesiva se puede ver la escalinata de Bramante, mandada realizar por Julio II en 1512, para comunicar el Palacio de Inocencio VIII (1484-1492) con la ciudad; es de estructura helicoidal para que también se pudiera subir a caballo, construida dentro de una torre cuadrada. De allí se pasa al Patio Octogonal, cuya forma fue determinada por Clemente XIV en 1772. Entre las estatuas más famosas se puede ver el Apolo del Belvedere, copia romana del siglo II d.C. de un original griego en bronce, atribuido a Leojares (330-320 a.C.), colocado en el Ágora de Atenas. Representa al Dios de la belleza, con un brazo extendido para sostener probablemente un arco, y una flecha en la otra mano. Durante el período neoclásico fue tomado como ejemplo de perfección formal y de virtuosismo técnico, y fue llevado al Vaticano por decisión de Julio II.
El famoso grupo del Laocoonte, es una copia romana del siglo I d.C. de un original griego en bronce del siglo II a.C., obra de Hagesandros, Athanadoros y Polydoros, hallado en Roma, en 1506, en la colina del Esquilino. El grupo gozó pronto de gran admiración por parte de Miguel Ángel, y fue adquirido por Julio II quien lo hizo colocar en el Vaticano. La escultura representa al sacerdote troyano Laocoonte. El sacerdote ha advertido a sus conciudadanos sobre el engaño del caballo de madera abandonado por los griegos, desatando la ira de Palas Atenea que lo condena a morir junto con sus hijos, víctimas de las serpientes surgidas del mar. Otras esculturas: el Perseo, con la cabeza de Medusa, entre dos púgiles, obra de Antonio Canova (1800-1801).

Contiguas al patio se encuentran:
- la Sala de los Animales, con estatuas de animales de época romana, ampliamente restauradas a fines del Settecento.
- la Galería de las Estatuas, que en un tiempo era una logia abierta del Palacio de Inocencio VIII, fue transformada en galería de esculturas en la segunda mitad del Settecento. Contiene valiosas estatuas romanas, algunas de ellas copias de obras del período clásico griego (V-IV secolo a.C.), como el Apolo “Sauroktonos” (que mata lagartijas), de un original de Praxiteles (hacia 350 a.C.), y la famosa “Ariadna dormida”, copia romana del siglo II d.C., de un original perteneciente a la escuela de Pérgamo del siglo II a.C.
- la Sala de los Bustos, con retratos de emperadores romanos.
- el Gabinete de las Máscaras, en el que se destaca la Venus Cnidia, copia romana de un original griego del santuario de Cnido, asímismo obra de Praxiteles, muy admirada en la antigüedad (mediados del siglo IV a.C.).
- la Sala de las Musas, donde hay estatuas de musas y de poetas, todas copias romanas de originales griegos. En el centro está el famoso “Torso del Belvedere”, original del siglo I a.C., obra del escultor ateniese Apolonio. Muy admirada en el Renacimiento y en el neoclasicismo, la estatua muestra una complexión poderosa y plena de vigor, perfectamente correspondiente a los ideales de Miguel Ángel. Recientemente, esta escultura ha sido identificada con la figura del héroe griego Ajax, en actitud de meditar el suicidio.
- la Sala Redonda, fue construida por Michelangelo Simonetti con pleno gusto neoclásico a fines del Settecento. En efecto, la cúpula, con 21,60 metros de diámetro, imita a la del Panteón. En el centro se encuentra una gran pila redonda, monolítica, de pórfido, con anchura de casi cinco metros, situada antes en la Domus Aurea, y colocada aquí a fines delSettecento. Muy sugestiva es la figura del Hércules en bronce dorado de fines del siglo II d. C., hallado cerca del Teatro de Pompeyo, y el mosaico del siglo III de las termas de Otricoli (localidad de la región de Umbría).
- la Sala de cruz griega. En ella se destacan el mosaico central, del siglo III d.C., originario de Túscolo, y dos colosales sarcófagos de pórfido rojo: el de la izquierda es de Santa Elena (siglo IV), madre de Constantino (306-337), y procede de su mausoleo en la vía Labicana; el de la derecha es de Constantina, hija del emperador Constantino, proveniente de la iglesia de Santa Constancia en la vía Nomentana. Subiendo por la Escalera Simonetti, se llegan a los demás ambientes del Palacio de Inocencio VIII (1484-1492), donde se encuentra el Museo Etrusco, las Estancias de Rafael y la Capilla Sixtina.

Apartamento de Pío V

Apartamento de Pío V
Comprende una Galería, dos salitas y una capilla. Es obra del papa Pío V (1566-72) y está pintado al fresco por Giorgio Vasari y Federico Zuccari. Allí se exponen tapices flamencos de los siglos XV y XVI. En las dos salitas adyacentes a la galería se hallan: en la primera, una rica colección de cerámicas medievales y renacentistas halladas en los Palacios Vaticanos y en algunos edificios extraterritoriales de Roma; en la segunda, una sugestiva colección de mosaicos en miniatura realizados en Roma desde fines del siglo XVIII hasta la primera mitad del XIX.



Galería de los Candelabros

Galería de los Candelabros
Fue construida en 1761. En sus orígenes era una logia abierta que más tarde fue cerrada (a fines de 1700). Las pinturas del techo son de los años 1883-1887. En esta galería se exponen estatuas romanas, copias de originales griegos del período helenístico (siglos III-I a.C.) y, en los arcos, enormes candelabros del siglo II d.C. originarios de Otricoli.




Museo Etnológico Misionero

Museo Etnológico Misionero
Reúne obras de arte y piezas históricas procedentes de todas las misiones pontificias en el mundo. Son muy interesantes las maquetas de templos como el del Cielo en Pekín, del siglo XV, reconstruido en el XVIII; el altar de Confucio y el Templo sintoísta de la antigua capital japonesa Nara; las estatuas de culto, sobre todo budistas, testimonios de la vida religiosa en Tibet, Indonesia, India y Extremo Oriente; restos arqueológicos de cultura islámica y de África Central; objetos y obras de arte de América, en especial de México, Guatemala y Nicaragua. 



Galería de mapas cartográficos

Galería de mapas cartográficos
Su nombre se debe a los cuarenta mapas pintados al fresco sobre los muros, representando las regiones italianas y las posesiones de la Iglesia en la época del papa Gregorio XIII (1572-1585). Fueron realizados entre los años 1580 y 1585 según los cartones de Ignazio Danti, famoso geógrafo de ese tiempo.
Considerados los Apeninos el elemento divisorio, sobre una pared están pintadas las regiones bañadas por los mares Ligur y Tirreno, sobre la otra, las regiones bañadas por el Adriático. Cada mapa regional presenta el plano de su ciudad principal.

Museo Histórico - Pabellón de Carrozas

Museo Histórico - Pabellón de Carrozas
Fue creado por Pablo VI en 1973, en un amplio local debajo del Jardín Cuadrado. En él se conservan sillas de montar, carrozas, automóviles y sillas de mano usados por distintos pontífices. Entre las curiosidades, además de las carrozas del Ottocento, es posible ver el modelo de la primera locomotora de la Ciudad del Vaticano (1929). Muy interesante también es la Berlina de Gran Gala construida para el papa León XII, usada hasta el pontificado de Pío XI.
El Pabellón de las Carrozas es una sección separada del Museo Histórico que desde 1991 tiene su sede en el Apartamento Papal del Palacio Apostólico del Laterano.

Galería de Tapices

Galería de Tapices
En ella se encuentran tapices flamencos tejidos en Bruselas por el taller de Pieter van Aelst en la época de Clemente VII (1523-1534), siguiendo el diseño de cartones de los discípulos de Rafael. Por primera vez se expusieron en 1531 en la Capilla Sixtina y en 1838 se prepararon para su colocación en esta galería. 

Museo Pío Cristiano

Museo Pío Cristiano
Este museo aloja colecciones de antigüedades cristianas  expuestas antes en el Lateranense. Fue fundado en 1854 por Pío IX. En él se reúnen estatuas, sarcófagos, inscripciones y restos arqueológicos a partir del siglo VI.
De gran interés es la estatua del Buen Pastor, restaurada en el  Settecento; en el origen era un altorrelieve de un sarcófago que representa un joven con túnica sin mangas y una cesta en bandolera que carga sobre sus hombros un cordero.




Pinacoteca

Pinacoteca
El edificio de la Pinacoteca, iniciado por Pío VI (1775-1799) y terminado en 1931, fue construido por voluntad del papa Pío XI (1922-1939) con el fin de albergar una colección de cuadros pertenecientes a varios pontífices.
Napoleón, en 1707 llevó a París muchas de la pinturas hoy expuestas, restituidas después del Congreso de Viena (1815) gracias, en parte, a la mediación desempeñada por el escultor Antonio Canova. Las obras cubren un período desde la Edad Media hasta 1800, y se exponen en orden cronológico a través de dieciocho salas.
Sala I – Se hallan obras de pintores de los siglos XII-XIII y XIV, llamados “primitivos” por ser anteriores a Giotto. Las pinturas sobre tablas de Madera presentan, en general, fondo dorado, figuras de contornos netos y colores uniformes, carecen de perspectiva en los elementos arquitectónicos. A menudo la figura principal se representa en el centro, mientras que a los lados se ilustran algunos episodios de la vida.
Sala II – Está dedicada a los pintores de Siena del siglo XIV y a Giotto (1267-1337), el mayor artista italiano de la Edad Media. Dignos de mención las obras: “Jesús ante Pilatos” de Pietro Lorenzetti (1280/1285-1348), en que la extremada finura y elegancia del trazo pictórico, característica de los pintores de esta ciudad, se muestra en formas sinuosas y en un cálido cromatismo en el “Redentor bendiciendo” de Simone Martini (1284-1344). En el centro se encuentra el “Tríptico” de Giotto, llamado “Stefaneschi”, por el nombre de quien lo encargó, que se encuentra pintado por ambos lados. En el panel central, sobre el recto, está representado San Pedro, en un trono con ángeles y oferentes, y sobre el verso, a Cristo en el trono con ángeles y un oferente (el cardenal Stefaneschi). Notables las decoraciones de mosaico en el trono.
Sala III – En ella se encuentran expuestas obras del primerQuattrocento, período en que la Ciudad de Florencia dio paso al nuevo estilo: el fondo dorado tiende a desaparecer, las figuras se van haciendo cada vez más sólidas, la perspectiva central presenta un único punto de fuga donde convergen las rectas que indican la profundidad.
Una obra muy bella es la pequeña témpera sobre tabla de la “Madonna con el Niño, Santo Domingo y Santa Catalina”, obra del Beato Angelico. En ella las nuevas teorías pictóricas armonizan perfectamente con el amor por la miniatura típico de la Edad Media.
Sala IV – En este ambiente se hallan obras del pintor emiliano Melozzo da Forlì (1438-1494): los “Ángeles Músicos” son fragmentos de un gran fresco que cubría la cúpula absidal de la iglesia de “Santi Apostoli” (Santos Apóstoles), en los alrededores de Plaza Venecia y representaba a “Cristo en la gloria entre ángeles y apóstoles”: son esas figuras en escorzos audaces, de rostros serenos y movidas cabelleras que a menudo se ven en los textos de historia de la música. Otro fresco desprendido de la pared, obra de Melozzo, es “Sixto IV y Platina” (1477) que representa el nombramiento de Platina como Director de la Biblioteca Apostólica, y retrata a Giuliano della Rovere, futuro Julio II, en hábito de cardenal. Todos los personajes están incluidos en una arquitectura de rigurosa perspectiva, con los clásicos motivos de techos artesonados adornados con rosetas, molduras doradas con guirnaldas de roble (roble = “rovere” Sixto IV pertenecía a la familia “della Rovere”).
Sala V – También dedicada a la pintura del Quattrocento. En la obra “Milagros de San Vicente Ferrer” de Ercole de’ Roberti (hacia 1450-1496), se reitera un tema típico de la pintura italiana de este siglo: el gusto por las ruinas antiguas y la arquitectura del pasado.
Sala VI - Contiene polípticos de artistas italianos del siglo XV, a menudo aún ligados a los modos del Trecento (fondo dorado, cuidado por los detalles, etc.).
Sala VII – Recoge obras de la escuela pictórica de Umbría, entre ellas la “Virgen con el Niño y cuatro Santos”, del Perugino (1446-1524), terminada en 1495, en la que el artista compone los personajes en posturas contenidas y equilibradas, incluyéndolas en un espacio arquitectónico dentro de un paisaje dulce y sereno. El artista ya había pintado en la Capilla Sixtina la “Entrega de las Llaves” (1461). Notable, asimismo, el “San Jerónimo en trono” de Giovanni Santi (?-1494), padre del célebre Rafael.
Sala VIII – Sobre las paredes de esta sala se expone un tapiz de la Última Cena sacado de la obra de Leonardo da Vinci (1452-1519) y unos tapices flamencos del siglo XVI, realizados según cartones de Rafael (1483-1520) que se encontraban antes en el interior de la Capilla Sixtina, cubriendo la parte inferior de las paredes. En el centro de la sala hay unas obras de Rafael: a la derecha la “Coronación de la Virgen” de 1502-1503, del período juvenil; a la izquierda “Madonna de Foligno” (1511-1512), contemporánea con respecto a la fase de trabajo en el apartamento de Julio II conocido como las “Estancias”; en el centro, la obra maestra de la “Transfiguración” (1518-1520), en óleo sobre tabla, donde el artista muestra la influencia de Miguel Ángel en la representación dramática de sus figuras.
Sala IX - Contiene una obra inacabada de Leonardo: el famoso “San Jerónimo”, de 1482. En la parte alta, a la izquierda, se observa un paisaje típico leonardesco, de montañas nevadas en la lejanía, así como la figura sufrida del Santo que, abandonados todos los bienes terrenales, abraza la vida ascética. En esta sala también se encuentra “La lamentación sobre el Cristo muerto”, del pintor véneto Giovanni Bellini (1430-1516).
Sala X - Contiene obras realizadas por algunos de los mayores pintores vénetos del Cinquecento: a Tiziano (1490-1576) pertenece la “Madonna de San Nicolás de los Frari”, con la hermosa mujer velada a la derecha, mientras que de Paolo Caliari, llamado el Veronés (1528-1588), es una pintura de Santa Elena. Vista desde una perspectiva más baja, la figura está interpretada según una tipología característica de su autor, representando una rica dama con amplias vestiduras de brocado brillante.
Sala XI – Aquí se encuentran obras de pintores pertenecientes a la segunda mitad del Cinquecento, entre ellas la “Lapidación de San Esteban” de Giorgio Vasari (1511-74), el “Sacrificio de Isaac” de Ludovico Carracci, la “Anunciación” del Cavalier d’Arpino, fechada 1606, y el “Descanso durante la huida a Egipto” de Barocci (1528-1612).
Sala XII – Está dedicada a los pintores del primer Seicento, que de Caravaggio heredaron el gusto por el realismo y las posturas en escorzos. De especial interés: la “Comunión de San Jerónimo”, de Domenichino pintada en 1616, la “Crucifixión de San Pedro” y “San Mateo y el ángel” de Guido Reni (1575-1642), “San Pedro negando a Cristo” de la escuela caravaggesca, el “Descendimiento de la cruz” obras de Caravaggio de 1604 y el “Martirio de San Erasmo” del pintor francés Nicolas Poussin.
Salas XIII, XIV y XV – En la primera sala se encuentran pinturas del flamenco Van Dyck, del italiano Pietro da Cortona y del francés Nicolas Poussin, mientras que en las salas XIV y XV hay cuadros de “género” del 1600 y 1700.
Sala XVI - En ella se exponen cuadros del pintor bohemio Wenzel Peter (1745-1829), nacido cerca de Praga. Destaca el magnífico “Adán y Eva en el Paraíso Terrenal”, con su excepcional variedad de flores y animales. En dos pequeñas salas contiguas están los modelos preparatorios en creta de las estatuas para la Basílica de San Pedro (sala XVII) de Gian Lorenzo Bernini, y unos iconos griegos del siglo XV al XIX (sala XVIII).

Sala Sobieski y de la Inmaculada

Sala Sobieski y de la Inmaculada
La Sala Sobieski debe su nombre al gran lienzo del pintor polaco Jean Matejko (1838-1893) que representa la victoria del rey de Polonia, Juan III Sobieski, sobre los turcos en Viena (1683).
Las demás pinturas de la sala pertenecen al Ottocento, al igual que las que están en la Sala de la Inmaculada, caracterizada por una gran vitrina, regalo de la fábrica francesa Christofle, donde se guardan los libros que reyes, obispos, ciudades y diócesis regalaron a Pío IX (1846-1878) cuando se instituyó el dogma de la Inmaculada Concepción. 

Museo Egipcio

Museo Egipcio
El Museo Egipcio se encuentra al final de un tramo de la Escalera Simonetti (por el nombre del constructor que la proyectó en los años 1771-1784). Fundado en 1839 por Gregorio XVI, contiene piezas egipcias adquiridas por los papas a fines del 1700 y estatuas llevadas a Roma en la época imperial. En la tercera sala, merecen especial atención, además de los preciosos sarcófagos del III y del II milenio a.C., las estatuas que adornaban la Villa del emperador Adriano (117-138): son de basalto negro, esculpidas imitando modelos egipcios. 

Museo Etrusco

Museo Etrusco
Fundado en 1837 por el papa Gregorio XVI, recoge recipientes, bronces y otras piezas originarias de la Etruria meridional, una gran colección de cerámicas de la Italia helenística y objetos de edad romana (Antiquarium Romanum).
La sala II merece atención especial por contener objetos hallados en la tumba Regolini Galassi. En las salas IV-VIII, llamadas de las “Joyas”, se exponen collares de oro elaborados por orfebres etruscos, pertenecientes a los diez siglos de vida de esta civilización. 

Museo Chiaramonti

Museo Chiaramonti
Este Museo fue creado por voluntad de Pío VII Chiaramonti (1800-1823) para albergar estatuas y bustos romanos; fue organizado en 1807 por el escultor neoclásico Antonio Canova. Agrupa cerca de un millar de esculturas, entre las cuales se encuentran retratos de emperadores, imágenes de dioses y numerosos fragmentos, frisos y relieves procedentes de sarcófagos. Hay que destacar el monumento fúnebre a un molinero, obra del siglo I d.C., procedente de Ostia.
PARTE NUEVA
Es el edificio mandado construir por Pío VII e inaugurado en 1822. En él hay estatuas romanas y copias de originales griegos siempre de época romana; en los pavimentos se han colocado mosaicos. Obras de notable importancia son: la estatua de Augusto hallada en Prima Porta (zona al norte de Roma); una copia romana del Doríforo, de un original del escultor griego Polícleto (440 a.C.); dos espléndidos pavos reales en bronce dorado, anteriormente quizás en el mausoleo de Adriano, cuyas copias están en el Patio de la Piña; la estatua del Nilo, copia romana de escultura helenística del siglo I d.C., procedente del templo dedicado a la diosa egipcia Isis en las cercanías del Panteón, que representa al gran río con sus afluentes.

Museo Gregoriano Profano

Museo Gregoriano Profano
Este museo, instituido en 1844 por Gregorio XVI (1831-1846), se encontraba inicialmente en el Palacio de Letrán, hasta que en 1970 fue trasladado al Vaticano por decisión de Juan XXIII. Sus salas guardan originales griegos, copias griegas de edad romana y esculturas romanas de los siglos I al III d.C. Es famoso el grupo de Atenea y Marsias, de un original griego de Mirón (hacia el 450 a.C.).


Patios

Patios
Dejando a la izquierda el llamado Atrio de las Corazas y atravesando el Atrio de las Cuatro Cancelas, se llega al Patio de la Piña, situado en una parte del espacio cinquecentesco del Belvedere. Este último fue proyectado en 1506 por el arquitecto Donato Bramante, por encargo de Julio II, con el objeto de poner en comunicación el Palacio de Inocencio VIII (1484-1492) con la Capilla Sixtina, mandada construir por Sixto IV (1471-1484). El Patio estaba dividido entonces en tres zonas con dimensiones diferentes, unidas entre sí por elegantes tramos de escalera y cerrado lateralmente con cuerpos de albañilería ritmados por semicolumnas estriadas sobre las que se apoyaban grandes arcos. La pavimentación y los brazos laterales se inclinaban ligeramente hacia la Capilla Sixtina, con el fin de engañar la vista de quien se asomara al patio desde los apartamentos reales, haciendo que su extensión le pareciera mayor. En la extremidad norte se había previsto una gran hornacina para cerrar la perspectiva: ésta fue realizada en 1565, como se encuentra actualmente, en el llamado Patio de la Piña, por el arquitecto Pirro Ligorio que usó la cúpula del Panteón como modelo.
Las sugestivas estampas de la primera midad del siglo XVI ofrecen una idea de las celebraciones que aquí tenían lugar. A fines de 1500 el Patio del Belvedere fue dividido en dos partes mediante la construcción de un brazo transversal de la Biblioteca de Sixto V (1585-1590). Años después, en 1822 se realizó un segundo cuerpo de albañilería transversal, llamado “Brazo Nuevo”, destinado a contener una colección de estatuas. En la actualidad allí hay tres espacios abiertos: el Patio de la Piña, el Patio de la Biblioteca y el Patio del Belvedere. El Patio de la Piña recibe este nombre por la colosal piña de bronce de casi 4 metros de altura que en época clásica se encontraba en Roma, en los alrededores del Panteón, por lo que el barrio se llama “de la Piña”.
Es problable que en la Edad Media la misma fuera llevada al atrio de la antigua basílica de San Pedro, de donde se la trasladó en 1608. A los lados había dos pavos reales de bronce, copias de originales del siglo II d.C., conservados en el Brazo Nuevo. En el centro del amplio espacio abierto hay dos esferas concéntricas obra del escultor Arnaldo Pomodoro (1990). 

Apartamento Borgia

Apartamento Borgia
Constituye el ala más reservada creada por decisión del papa Alejandro VI Borgia (1492-1503), con decoración de Bernardino di Betto llamado Pinturicchio y sus ayudantes. Cuando falleció el pontífice, los aposentos quedaron abandonados. Sólo a fines del Ottocento se abrieron de nuevo al público. En la actualidad gran parte de las salas recogen la Colección de Arte Religioso Moderno, inaugurada por Paulo VI en 1973. La Colección comprende unas seiscientas obras de pintura, escultura y grabados, donadas por artistas contemporáneos italianos y extranjeros, con obras de Gauguin, Chagall, Klee y Kandinskij.

Estancias de Rafael

Estancias de Rafael
Las “Estancias Vaticanas” constituían los apartamentos del papa Julio II (1503-1513), que no quiso habitar en los ambientes utilizados por su antecesor Alejandro VI, ya decorados en fresco por Pinturicchio, y se trasladó a la planta superior, al ala construida a mediados del Quattrocento por Nicolás V.
 Antes de Rafael, ya habían trabajado otros personajes mucho más famosos, como su maestro Perugino, pero el papa Julio II dio a Sanzio (1483-1520) plena libertad de acción para la realización de los frescos, y éste borró todo lo hecho hasta entonces. Las estancias fueron pintadas en el siguiente orden cronológico: Estancia de la Signatura 1508-1511, Estancia de Heliodoro 1511-1514, Estancia del Incendio del Borgo 1514-1517, Sala de Constantino 1517-1524.
Siguiendo un recorrido ya establecido se pueden visitar: laSala de Constantino, realizada en gran parte por los discípulos de Rafael, ya que el maestro falleció inesperadamente el 6 de abril de 1520. Entre los pintores más importantes recordamos a Giulio Romano y a Francesco Penni. Los episodios que en ella se narran son: el “Bautismo de Constantino” en la basílica de San Juan en Letrán; la “Aparición de la Cruz a Constantino”; la “Batalla de Puente Milvio”, en la que, según narra la tradición, Constantino tuvo la visión de la cruz anunciándole su victoria contra el pagano Magencio y la “Donación de Constantino” (ambientada en el interior de la Basílica de San Pedro), acto que habría dado origen al Estado Pontificio (en realidad, éste nació en el año 756 con la famosa donación de tierras de la Italia Central por parte de Pepino, rey de los Francos, a la Santa Sede). El techo, decorado en 1585 por el pintor Tommaso Laureti, representa el “Triunfo del Cristianismo” contra el paganismo, simbolizado por la estatua caída y rota que se ve en tierra.
Desde allí se pasa al núcleo más antiguo del Duecento del Palacio Pontificio: la Sala de los Claroscuros, pintada al fresco sobre diseño de Rafael, en el segundo decenio delCinquecento, y la Capilla Nicolina, lugar privado de oración del papa Nicolás V, pintada entre 1447 y 1451 por el Beato Angelico, fraile dominico dedicado al arte de la miniatura, para ilustrar hechos de la vida de San Esteban y de San Lorenzo.
Siguiendo el recorrido de las Estancias de Rafael, el visitante llega a la Estancia de Heliodoro, la segunda que realizara Rafael de Urbino entre los años 1511 y 1514. En ella se exalta el poder espiritual y temporal de la Iglesia, describiendo las intervenciones de Dios en favor de los hombres. En la “Misa de Bolsena” se representa el milagro que, según la tradición, en 1263, hizo que manaran gotas de sangre de la hostia consagrada, convenciendo a un sacerdote bohemio sobre la veracidad de la transustanciación del pan en el cuerpo de Cristo y del vino en su sangre. Nótese la presencia del papa Julio II, que encargó la obra, asistiendo a la misa. La “Expulsión de Heliodoro” del templo de Jerusalén demuestra el carácter inviolable del patrimonio de la Iglesia: Heliodoro, que ha robado el tesoro del templo hebraico de Jerusalén, es alcanzado por unos mensajeros divinos que lo castigan mientras que un grupo de personas, entre ellas el mismo Julio II, presencian la escena. Con respecto a la “Escuela de Atenas” que se verá luego, el centro de la pintura vacía y los colores oscuros recuerdan la influencia de la pintura véneta de ese tiempo. También en la “Liberación de San Pedro de la cárcel” se encuentran tonalidades como las anteriores; se trata de uno de los primeros nocturnos de la historia del arte italiana. El fresco está dividido en tres episodios: el ángel se presenta a San Pedro invitándolo a seguirlo (en el centro), la huida de San Pedro y el ángel (a la derecha), y el despertar de los guardias sobre un fondo de magnífico claro de luna (a la izquierda).
A continuación, la “Estancia de la Signatura”, la primera pintada por Rafael. El nombre se debe a la función de este ambiente, destinado a biblioteca papal donde se firmaban los documentos oficiales. Aquí están representadas las tres categorías neoplatónicas de lo Verdadero, lo Bueno, lo Bello. Lo Verdadero sobrenatural se representa en la Disputa del Santísimo Sacramento, lo Verdadero racional en la Escuela de Atenas, lo Bueno en las figuras de las Virtudes y de la Ley, mientras que lo Bello es el Parnaso.

Estancias de Rafael

La “Disputa del Santísimo Sacramento” representa, en la parte inferior, a los lados de un altar con la custodia, dos alas de personajes eclesiásticos que “discuten” sobre las “verdades” que están en el cielo; en lo alto, dispuestos en semicírculo, sobre una exedra de nubes, sentados, los santos y profetas en serena conversación pues han podido ver en el cielo lo que se les prometiera en la tierra. Más arriba, Cristo, acompañado de la Virgen y San Juan, y en la extremidad superior Dios Padre, mientras que a los pies hay una paloma, símbolo del Espíritu Santo. La perspectiva del pavimento tiene su punto de fuga en el ostensorio, elemento focal de la composición.
La “Escuela de Atenas” es una de las pinturas más famosas de Rafael: sobre el fondo de una arquitectura antigua, probablemente símbolo del nuevo San Pedro de Bramante, se encuentran: en el centro Platón con los rasgos de Leonardo, señalando el cielo con el dedo, alusión al mundo de las ideas, y Aristóteles, con la palma de la mano hacia la tierra, indicando, al contrario, el principio racionalista de su filosofía. Los dos grandes protagonistas del pensamiento antiguo se encuentran rodeados de una multitud de filósofos con las facciones de hombres de ese tiempo, entre los que se ve, en primer plano, a Heráclito (Miguel Ángel), Euclides (Bramante) que traza una figura geométrica sobre una pizarra, Diógenes, casi recostado sobre la escalera, Tolomeo y Zoroastro, con el globo terráqueo y la esfera celeste en sus respectivas manos. El segundo personaje a la derecha, con el gorro verde, es el autorretrato de Rafael. En el “Parnaso” están representados Apolo, rodeado de musas, poetas y literatos famosos. Entre otros, se reconoce, a la izquierda, a Homero mirando al cielo, y a Dante, de perfil.
En la última sala decorada por encargo de León X de Médicis (1513-1521) cuyo nombre nace de la pintura principal, se narran los grandes acontecimientos históricos ocurridos durante los reinados de papas de nombre León. El “Incendio del Borgo” narra la milagrosa intervención del papa León IV en el año 847 cuando, asomándose a la ventana de la logia de las Bendiciones, con el simple signo de la cruz, domó un terrible incendio propagado en el barrio alrededor de la Basílica Vaticana.
Los demás frescos son el “Juramento de León III”, la “Coronación de Carlomagno” por el mismo León III en el año 800, y la “Batalla de Ostia” con la victoria de León IV sobre los sarracenos en el litoral romano en el año 849; todos los frescos sono obra de la escuela de Rafael. La construcción de las "Loggie" (Galerías) comenzó en 1508 por obra del arquitecto Donato Bramante; a su muerte (1514), los trabajos prosiguieron bajo la dirección de Rafael, a quien se deben también los frescos de la segunda planta. Éstos, realizados con la colaboración de sus discípulos, constituyen la respuesta pictórica a su rival Miguel Ángel, tanto que el artista propuso nuevamente allí la mayor parte de los temas del Génesis que aparecen en la Capilla Sixtina.
Los frescos de la primera planta y de la tercera, en cambio, son de pintores del Cinquecento: Giovanni da Udine, Giulio Romano y Perin del Vaga. En especial son interesantes las decoraciones de grotescos, caracterizadas por motivos vegetales mezclados con extravagantes figuras humanas o de animales, inspirados en las pinturas de la Domus Aurea, residencia del emperador Nerón (54-64), descubierta poco tiempo antes.


Sala de la Biga

Biga
En un ambiente de fines delSettecento se conserva el monumental grupo marmóreo romano del carro de biga tirado por dos caballos: fechado en el siglo I d.C., fue restaurado en 1788. Otra obra famosa que se puede ver es la copia del Discóbolo, de un original griego de bronce, de Mirón (hacia 460 a.C.), hallada en la Villa Adriana de Tívoli.








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